Cuando se le pregunta por el efecto que tiene en los agricultores el fondo de crédito interno de una empresa rural, Fany Murillo, asesora de Root Capital, responde con una sola palabra: «épico».
Los pequeños agricultores de las zonas donde trabajamos, que ganan entre dos y seis dólares al día, a menudo no pueden permitirse comprar los insumos agrícolas necesarios, como fertilizantes o semillas resistentes a la sequía, sustituir sus cultivos envejecidos y propensos a las enfermedades por otros sanos, o acumular ahorros para capear una mala cosecha. En respuesta a estos retos, muchas de las empresas agrícolas con las que trabajamos han creado fondos de crédito internos, básicamente pequeños bancos internos que utilizan el propio personal y los ingresos de la empresa para prestar pequeñas cantidades de capital a los agricultores. El equipo de asesores de Root Capital forma a las empresas en la implantación eficaz de fondos de crédito internos como parte de nuestro conjunto de servicios, asegurándose de que puedan ofrecer servicios financieros esenciales a los agricultores que no pueden conseguirlos en ningún otro sitio.
Muchas empresas rurales se ven incapaces de aprovechar todo el potencial de los fondos de crédito internos: carecen de recursos para ofrecer préstamos a los prestatarios, de capital humano para gestionar eficazmente un fondo de este tipo o, simplemente, de conocimientos técnicos para gestionar un servicio de préstamos. Aracelly Avendaño, responsable de créditos de nuestro cliente COSATIN, lo explica de forma sencilla: «Teníamos los conocimientos. Sólo que no lo hacíamos de la mejor manera».
En respuesta, hemos hecho de la formación en habilidades esenciales de gestión de fondos un punto central de nuestros servicios de asesoramiento. Nuestro equipo de asesores organiza talleres in situ para formar a la dirección y al personal de las cooperativas en los fundamentos de la gestión de fondos, desde la regulación y el desarrollo del crédito hasta la contabilidad y los controles internos. Al final de su formación, nuestros clientes se van con un manual fácil de seguir y un sistema revisado y mucho más sencillo para desembolsar créditos a los prestatarios.
Para la Asociación Chajulense, una cooperativa de caficultores y tejedores mayoritariamente indígenas de las tierras altas de Guatemala con la que trabajamos desde 2006, los servicios de asesoramiento de Root Capital han sido cruciales para el éxito de su fondo de crédito. Desde que empezamos a trabajar con la cooperativa en 2006, Root Capital ha ofrecido a la cooperativa una serie de cursos de formación sobre gestión interna de fondos de crédito. Ahora, dice el coordinador de la cartera de crédito de la Asociación Chajulense, Adin Teyo, «nuestro fondo está más estructurado. Tenemos un mejor historial de operaciones. Estamos mejor respaldados. Y podemos tomar decisiones basadas en políticas, en vez de sobre la marcha».
Al final, sin embargo, no son sólo las empresas las que se benefician de las formaciones de asesoramiento de Root Capital: son los agricultores, artesanos y empresarios rurales individuales. Las empresas rurales entienden a sus comunidades mejor de lo que podría hacerlo cualquier banco, y como resultado pueden diseñar productos crediticios más sólidos y adecuados. Estos productos -generalmente microcréditos a corto y largo plazo- permiten a los agricultores poner en marcha negocios paralelos en los meses de escasez que pueden generar ingresos o fomentar la seguridad alimentaria.
La Asociación Chajulense es un ejemplo perfecto. Con el apoyo de nuestro equipo de asesores, su caja de crédito interna ofrece actualmente a sus afiliados varios tipos de servicios financieros. Sus préstamos a corto plazo permiten a los cultivadores de café comprar fertilizantes o insumos agrícolas antes de la temporada de siembra, o permiten a las tejedoras comprar sus materiales a crédito y devolver el dinero a la cooperativa una vez que venden sus productos finales. Los préstamos a más largo plazo permiten a sus miembros realizar inversiones más sustanciales en la productividad de sus explotaciones, como sustituir los cafetos enfermos o envejecidos a lo largo de varios años. Juana Hu, coordinadora general de la organización de mujeres de la Asociación Chajulense, señala otro beneficio más profundo: tras aplicar los conocimientos adquiridos en la formación de Root Capital, afirma, «hemos visto lo que podemos conseguir como mujeres… y mucho más.»
Cuando proporcionamos a los empleados de las empresas rurales la formación que necesitan para gestionar responsablemente los fondos de crédito internos, tanto la empresa como sus productores recogen los frutos. De hecho, afirma la promotora de crédito de la Asociación Chajulense, Manuela Tomo, «hemos sido capaces de reconocer las áreas en las que éramos más débiles, y mejorar. Ahora atendemos a la gente mejor que antes».
Los servicios de asesoramiento de Root Capital -incluida la formación sobre gestión de fondos de crédito interno- son posibles gracias a las aportaciones filantrópicas de simpatizantes como tú. Considera la posibilidad de hacer un donativo a Root Capital, y únete a nosotros para fortalecer empresas rurales como la Asociación Chajulense.
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