A principios de septiembre, publicamos nuestro segundo informe temático, Aplicar una perspectiva de género a la agricultura: Agricultoras, dirigentes e influyentes ocultas en la economía rural que relata nuestra experiencia trabajando para capacitar a las mujeres a lo largo de todo el proceso económico. Este post es el primero de una serie de instantáneas destinadas a ilustrar los distintos papeles que suelen desempeñar las mujeres en las empresas agrícolas. La siguiente instantánea, publicada originalmente en el informe temático, se centra en las mujeres que se encuentran en la base del continuo económico: las agricultoras.
Cuando los agricultores son mujeres, las investigaciones muestran un impacto adicional, que incluye la atención a las necesidades nutricionales y educativas de los niños, el aumento de la autoestima de las mujeres y una mayor voz en la toma de decisiones en el hogar y la comunidad. Los pequeños agricultores, especialmente las agricultoras, son una pieza clave para hacer frente a los crecientes retos en materia de recursos, e invertir en las mujeres es una forma clave de promover la seguridad alimentaria de las personas, las familias y las comunidades enteras.
Los miembros de la cooperativa de café Nuhaulá que se describen a continuación son algunas de las más de 84.000 mujeres agricultoras a las que hemos llegado desde 2011, y no hemos hecho más que empezar. Para 2016, financiaremos 200 empresas inclusivas en materia de género y llegaremos a 200.000 mujeres productoras.
____________
En las tierras altas de Guatemala, donde el 76% de la población se considera pobre, la cooperativa de café Nahualá se abastece de granos de 160 pequeños agricultores, 70 de ellos mujeres. Nahualá vende la mayor parte de su café certificado como ecológico y de comercio justo a compradores de cafés especiales de Norteamérica y Europa. En 2004, Nahualá empezó a exportar una parte de su café a través de un programa llamado Café Femenino, una marca de café de empresa social desarrollada por Organic Products Trading Company (OPTCO) que comercializa café procedente exclusivamente de mujeres. En 2013, Nahualá exportó 20.000 libras de café con la marca Café Femenino (aproximadamente una quinta parte de su exportación total) por una prima adicional de 0,02 dólares por libra.
Como resultado de la participación de Nahualá en Café Femenino, más mujeres se han unido a la cooperativa. Es importante destacar que, en un sector en el que los hombres suelen cobrar, las mujeres de Nahualá, de acuerdo con las normas de Café Femenino, cobran directamente, lo que les da una mayor visibilidad de los flujos de caja. Las mujeres miembros de Nahualá asisten a los cursos de formación de la cooperativa con la misma frecuencia que sus homólogos masculinos, aunque siguen teniendo menos probabilidades de participar en las reuniones de la asamblea de la cooperativa, lo que indica que siguen estando infrarrepresentadas en la toma de decisiones a nivel organizativo. Aunque las mujeres siguen realizando «tareas de mujeres» en la explotación, como la recolección y la clasificación, cada vez participan más en las fases de la producción de café tradicionalmente restringidas a los hombres, como la poda y la aplicación de fertilizantes.
María Susana Guarchaj Tahay es socia de Nahualá desde hace dos años y vende su café con sobreprecio a través de la marca Café Femenino. Considera el café como parte integrante del bienestar tanto de su comunidad como de su propia familia. Ella y su marido planean transmitir su finca de café a sus tres hijos, y los ingresos de sus ventas de café sufragan gastos importantes como las matrículas escolares de sus hijos.
«El café es un activo en esta comunidad y nos ha ayudado a satisfacer muchas de nuestras necesidades», afirma. «Como productores de café, hemos podido acceder al crédito a través de la cooperativa. El café es lo que nos mantiene alimentados y da sustento a la familia».