Acabo de regresar de un viaje al norte de Nicaragua, donde visitamos SOPPEXCCA, una cooperativa cafetera de 750 agricultores dirigida por una líder extraordinaria, Fátima Ismael. Fátima y yo hemos trabajado juntas durante una década, y siempre me hace ilusión hablar con ella sobre la historia del Comercio Justo y el movimiento cooperativo en Nicaragua, en el que ella ha desempeñado un papel clave. Fátima es el alma de SOPPEXCCA, y siempre me asombro cuando la veo en acción. Es una de las pocas líderes capaces de transitar por esa delgada línea que separa el liderazgo con tenacidad del liderazgo con humildad.
Tras visitar SOPPEXCCA, mis colegas y yo nos dirigimos a Costa Rica. Una noche, acurrucados alrededor de una mesa en un restaurante con vistas a todo el valle de San José, nuestra conversación giró en torno a la noticia del fallecimiento de Mandela. Estábamos pasando un rato -como creo que hizo todo el mundo aquel día- reflexionando sobre él, su vida y su liderazgo, cuando una de mis colegas costarricenses dijo algo que me pareció profundo: «Era un poco más grande que los demás», dijo. «No era una tonelada más grande, sólo un poco más». La magia del liderazgo de Mandela procedía del hecho de que era, de hecho, un poco más grande.
Pensé en ello un rato después de terminar la cena, y me di cuenta de que Fátima, la humilde y poderosa dirigente de SOPPEXCCA, es también un poco más grande que todos los demás miembros de su comunidad. Verla dirigir casi te deja sin aliento. No hay ni una gota de arrogancia, ofuscación o derecho en su liderazgo. Es este liderazgo ilustrado y profundo lo que le ha permitido ejercer una influencia tan poderosa en las tierras cafeteras de Nicaragua y en el movimiento del Comercio Justo. Sólo es un poco más grande.
Cuando le pregunté a Fátima la semana pasada cómo había superado su segunda crisis masiva del café, me respondió: «Ja, los que están asustados por este mercado de un dólar por libra (por debajo de los más de 3 $/libra de 2011) seguramente no experimentaron los 45 céntimos por libra a principios de la década de 2000. También lo superaremos, no te preocupes». Y con Fátima al timón, tengo motivos para creer que así será.
A medida que nos adentramos en 2014 y en el15º año de Root, me siento ligera de equipaje sabiendo que contamos con líderes como Fátima que son un poquito más grandes para llevarnos a través de los retos y las oportunidades que tenemos por delante.