Para nosotros, aquí en Root Capital, el Día de la Tierra consiste en celebrar a los 450 millones de pequeños agricultores del mundo que cultivan aproximadamente una cuarta parte de las tierras de labranza del planeta, y a las empresas que les proporcionan los recursos necesarios para actuar como administradores de sus tierras.
La agricultura es una fuerza destacada detrás de muchos de los retos medioambientales más acuciantes del mundo, como la pérdida de ecosistemas y biodiversidad, la degradación del suelo, el agotamiento de los acuíferos de agua dulce e incluso el cambio climático. La amenaza es especialmente urgente en los «puntos calientes de biodiversidad» que quedan en el mundo, ya que casi la mitad de ellos se encuentran en regiones donde la agricultura es uno de los principales usos de la tierra.
Pero la agricultura no tiene por qué ser parte del problema. Los agricultores pueden actuar como líderes medioambientales, preservando recursos vitales como la fertilidad del suelo o la calidad del agua para las generaciones venideras. El reto consiste en proporcionar a los agricultores los recursos y los incentivos que necesitan para adoptar prácticas sostenibles, sobre todo a los pequeños agricultores que gestionan alrededor del 90% de las explotaciones agrícolas del mundo, pero que en general tienen un acceso limitado a los insumos y equipos agrícolas cruciales, a la asistencia técnica y a la financiación que les permitiría actuar como administradores.
Ahí es donde entran los clientes de Root Capital.
El trabajo de Root Capital se basa en la creencia de que las empresas agrícolas integradas en las comunidades locales pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de facilitar resultados beneficiosos para los agricultores y el medio ambiente. Al proporcionar a los pequeños agricultores formación, tecnología, vínculos con el mercado y crédito, estas empresas pueden ayudar a los agricultores marginados a adoptar prácticas de producción más sostenibles. Estas empresas promueven prácticas como la agrosilvicultura, que enriquece el suelo, capta y retiene las precipitaciones, ayuda a los agricultores a controlar las plagas y elimina el carbono de la atmósfera; proporcionan a los agricultores acceso a fertilizantes orgánicos que fortifican el suelo y aumentan los rendimientos; ayudan a los agricultores a aumentar su resiliencia ante los riesgos climáticos. Y, en el proceso, estas empresas agrícolas ayudan a transformar la agricultura minifundista de una amenaza medioambiental a una estrategia de conservación.
Mira un par de ejemplos de nuestros clientes:
Este Día de la Tierra, te retamos a que empieces a pensar en la agricultura desde una perspectiva diferente: como un mecanismo de gestión medioambiental, en lugar de como un mecanismo de degradación medioambiental. Únete a nosotros en nuestros esfuerzos por liberar el potencial de conservación de los pequeños agricultores de todo el mundo.